Hace unos años que con el objetivo de bajar peso inicie una nueva etapa personal que a día de hoy se ha convertido en un estilo y forma de vida. Este deporte me ha reportado muchas satisfacciones en todos los ámbitos de mi vida.

Correr como Forrest Gump.

Correr. Si, como Forrest Gump,  Me inicie en esto del running hace 5 años con el motivo de bajar peso y empece dando un paseo de un kilómetro por un pueblecito de León.

Comenzar ese paseo me ha llevado a correr carreras de todo tipo, desde los 10 km pasando por la media maratón, llegando a la maratón y culminando con carreras de 100 kilómetros.

El camino ha sido duro por momentos pero muy gratificante.

Ha sido un camino de superación y llevado al campo del desarrollo personal tiene mucho en común con él.

Este blog va de eso, de cómo integrar el desarrollo personal y el deporte para llevar a cabo una vida extraordinaria.

Correr es una filosofía de vida, de sentir, de lograr metas, de darle un vuelco a tu vida.

Ha sido como el mito de la caverna de Platón, el salir de la cueva y dejar de ver sombras para asomarme a la realidad y ver la luz de una verdad que estaba oculta.

Los miedos que te dejan clavado en tu zona de confort van desapareciendo a medida que haces kilómetros, estos kilómetros son las respuestas a muchas preguntas que rondaban en mi mente y de las cuales no veía la respuesta adecuada.

A día de hoy han llegado cambios importantes a mi vida, encontré seguridad y aplomo en cuestiones complicadas y temerosas.

Mi primera maratón marcó un punto de inflexión que jamás se borrara de mi mente, ese día comprendí que no había razón para tener miedo a nada y que todo lo que te propongas conseguir esta solo en ti.

Tú eres el motor que puede con todo, y de ti depende lo que quieras conseguir. Lo que buscas y llamas felicidad está dentro de ti.

Sube a tu montaña.

Vuelvo al título de este post que es de lo que quería hablaros.
Las carreras por montaña o si lo prefieres correr por montaña o dar un paseo por la montaña.

Deberías subir a la cima de alguna montaña, sentarte un rato y contemplar toda la abundancia y grandeza de este mundo. Si una vez que estés allí arriba eres capaz de sentarte, meditar y estar un rato contigo mismo. Sería ya la hostia.

El Mulhacen y la pareja.

Subir a una montaña es como un camino de vida, te vas a encontrar dificultades, vas a querer rendirte y darte la vuelta con la excusa de que ya es suficiente.

Pero te garantizo que cuando subas va a merecer la pena.

En una de las últimas subidas que hice al Mulhacen adelante a una pareja donde ella iba pasándolo un poco mal, les pregunté si necesitaban algo, ella dijo que iba muy cansada y que estaba por darse la vuelta.

Le animé a que siguiera y que iba a merecer la pena llegar arriba, que ya que estaba tan cerca no podía parar y quedarse ahí.

Yo seguí y a los 20 minutos aproximadamente llego esta pareja, cuando ella llegó
Arriba no pudo contener las lágrimas y empezó a llorar.

Lloraba de alegría y satisfacción por el esfuerzo tan grande que había hecho.
Había conseguido algo que quizás nunca se lo había planteado.

Ahí me dije; “joder esto sí que es un buen ejercicio de coaching y desarrollo personal. Subir a una montaña”

Les di la enhorabuena y  estuvimos charlando un rato en la cima del Mulhacen. Este tipo de experiencias son increíbles.

Si llevas esto a cualquier ámbito de tu vida te vas a dar cuenta de que todo camino tiene un proceso y este proceso está lleno de alegrías y dificultades, de cosas positivas y cosas negativas pero el aprendizaje que te vas a llevar cuando realices este proceso es impresionante.

Contenido relacionado: Correr y meditar, descubre el Mindfull-Running.